Formación para padres: Verano, vacaciones: ¡descansamos y seguimos educando!

Destacamos cuatro puntos sobre la obediencia en verano

Se acercan las vacaciones, tiempo de descanso, y por ello tiempo de afianzar los vínculos afectivos con los nuestros sin descuidar la creación de hábitos ni los límites que nos hemos propuesto y que hemos llevado a buen término con pactos y acuerdos en el tiempo escolar. La obediencia, es una virtud que debe ser impulsada en todas las épocas del año. Formará la voluntad y reforzará el valor del esfuerzo, fundamental para la formación integral de nuestros hijos.

Creemos que la obediencia siempre está impulsada por el amor. Por eso es por padres y madres, tenemos que hacerla agradable y comprensible a través de la confianza. Esta confianza está basada en el cariño con que tratamos a los nuestros que facilita la obediencia.

Destacaremos cuatro puntos sobre la obediencia en verano; son para reflexionar e intentar vivirlos primero nosotros, no hay mejor predicador que el testimonio.

  1. Alegría y el buen humor: Más fácil vivirlos sin horarios impuestos por el trabajo laboral; juegan un papel muy importante en los sentimientos de los pequeños y en los de los adultos. Nada, pues, de desaliento ni de órdenes negativas. Quienes tenemos el deber de educar, debemos dar las instrucciones necesarias y claras para hacernos obedecer, con la comprensión de que los niños o jóvenes tienen de hacer un esfuerzo. Hemos de demostrar paciencia, los resultados en educación, nunca son inmediatos. Cuando hablamos de obediencia no podemos pensar en formas violentas de autoritarismo, que seria fruto de querer dominar, ni de imposición que anularían la voluntad del niño. Nunca se ha dado por buena la obediencia del esclavo.
  2. Ambiente en vacaciones: Para evitar problemas es aconsejable organizar actividades divertidas y atractivas; y especialmente elegir lugares de verano en que podamos encontrar otras familias ocupadas de la formación de sus hijos y unirnos para encontrar actividades -las excursiones y el deporte siempre son las calificadas con más “estrellas”- y mejorarnos, padres e hijos, a través del trato social. (Muchos enfados por el incumplimiento de los límites podemos evitarlos, si orientamos las amistades de los hijos).
  3. Dar mayor importancia al diálogo: Nuestro hijo para obedecer ha de amoldarse a nuestro criterio y para hacerlo, necesita ejercitar su libertad, preguntar, pedir más información, tener iniciativas. Si hay buena comunicación entre los padres y el hijo que debe obedecer todo es más efectivo. Ha de entender lo que le pedimos y, por ello, explicarnos claramente. En tiempo de vacaciones las conversaciones pueden ser más relajadas y aprovechar el tiempo de descanso para tratar temas más profundos como las consecuencias de la movida nocturna, adicciones, sexualidad etc.… y escuchar lo que piensan nuestros hijos. Igual que en medicina con el diagnóstico precoz, en educación también se trata de prever.
  4. No demostrar nunca desacuerdo en los límites acordados, entre padre y padre, delante de los hijos. Es necesaria esta actitud incluida en el caso de ruptura del matrimonio. Los adultos siempre deben velar por el bien de sus hijos.

Queremos que la obediencia de los niños y adolescentes sea fruto de su responsabilidad y de la comprensión de lo que se pide es para su bien. Y ofrecemos esta frase de Shakespeare para no olvidar este verano: “Que obedezcan aquellos que conozcan las reglas”.

¡Feliz verano a todos! Que nuestro tiempo de vacaciones sea ocasión de mejorar a través de los valores que se ejercitan en la convivencia. Nos reencontramos al empezar el próximo curso.

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