El tiempo libre de los hijos

Ha llegado el verano todos estamos deseando que llegue el tiempo de vacaciones y toda la familia tener un merecido descanso. Mientras esperamos puede ser que algún hijo nuestro esté de colonias, de campamento o en casa de nuestros queridos padres que nunca se olvidan de ellos.

Llegarán las vacaciones y por mucho jaleo que tengamos con los pequeños y nuestros adolescentes podemos desconectar de nuestros horarios de trabajo y tener todo el tiempo para compartirlo con los nuestros y aprovechar para estar con nuestros amigos. Ir de excursión con otras familias es una actividad enriquecedora para vivir la amistad y la sociabilidad. Ilustro este tema con esta fotografía con una salida a la montaña.

No olvidemos de considerar el tiempo libre de nuestros hijos, como tiempo de ocio con tres funciones bien determinadas: tiempo de descanso, de diversión y de desarrollo de la personalidad.

1.- Tiempo de descanso: El ocio de nuestros hijos ha de ser considerado como reparador de fuerzas, de descanso del estudio, así como para los adultos sería un descanso del trabajo. Leemos en el Génesis: “y el séptimo día Dios contempló la obra que había hecho y descansó de todas las obras que había acabado”. Vemos en este texto la contemplación de Dios por la obra realizada. Aprendemos un aspecto importante del ocio, actividad relacionada con el espíritu, que se opone radicalmente al negocio (negación del ocio) y que no busca ningún provecho material.

2.- Tiempo de diversión: Es necesario tener actividades diferentes de las obligaciones escolares. Han de ser libremente elegidas y han de distraer del estudio. Podríamos casi asegurar que estas aficiones, que habitualmente se inician de pequeños, sirven en la adolescencia para no caer en la “movida nocturna”, que tantas preocupaciones comporta a los padres. Divertirse y relacionarse con jóvenes con intereses comunes altruistas o deportivos, por ejemplo, ayuda a evitar las ocasiones del alcohol o la droga

3.- Desarrollo de la personalidad: Al ser el ocio de nuestros hijos, fruto de la actividad que ellos han querido escoger (nunca debe ser impuesta), podrán ejercitar su iniciativa, creatividad, inventiva e imaginación. En las actividades en grupo, como excursiones, campamentos, juegos, etc. podrán fomentar la amistad, la lealtad, el compañerismo. En la adolescencia, edad de los grandes ideales, vivirán la generosidad y la solidaridad con actividades asistenciales de ayuda a los más necesitados, para vivir la felicidad de compartir, haciendo un servicio a los demás.

Aprovechemos el tiempo de vacaciones para divertirnos juntos, para conocer mejor a cada hijo y para dar afecto a manos llenas.

¡Os deseo un feliz verano y unas vacaciones vividas con ilusión para toda la familia!

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