Tiempo de Navidad

Fomentar el amor a Jesús en este tiempo de Navidad es una oportunidad de oro que no podemos perder, no olvidando que lo que se vive en el calor del hogar perdura a lo largo de toda la vida

Cada cual tiene en su memoria las costumbres que vivió en el calor del hogar en esta época del año, cada familia según su estilo: visitar belenes, felicitaciones con motivos navideños para los amigos, en forma de tarjeta o por mail, llevar con los hijos alimentos y juguetes para los más necesitados, cantar villancicos en la Misa del Gallo o de Nochebuena, compartir la comida de Navidad en compañía de la familia al completo y tener un recuerdo muy entrañable para los que están ausentes por motivos de localización o porque ya nos han precedido en el cielo. O hacer algún obsequio especial que sepamos que gustará al que lo recibe.

Mención aparte es el panorama que ofrecen los chiquillos con el recitado del verso a la hora del brindis entre algarabía, aplausos y turrones. Estas costumbres y otras, que han hecho tradición en muchas familias, conviene vivirlas con la misma ilusión y capacidad de cariño con que nos las transmitieron.

¿Y el Belén? Prepararlo para vivirlo de corazón y con la participación de todos. (En la fotografía está mi nietecita Clara empezando a hacer un pesebre).

Hagámonos niños y aprovechemos su colocación para explicar a nuestros hijos el significado que para cada uno de nosotros tiene. Desde los pastorcillos, gente de buena voluntad y humildad que fueron los primeros en recibir el anuncio del nacimiento del Hijo de Dios a los Reyes que siguieron sin vacilaciones el camino que les conducía a adorar a Jesús, hasta dar importancia a la mula y el buey que con su aliento dieron calor al Niño Jesús en una fría noche.

Al terminar el pesebre y con más solemnidad colocar las figuras centrales José, Maria y el Niño. Hacerlo con emoción para que nuestros hijos guarden en la memoria la actitud de ternura con que lo hacemos. Es el mejor regalo de Navidad que les hacemos, que vean que amamos y que nos enternecemos ante el Misterio de un Dios que se hace pequeño para poder demostrarle con más sentimiento nuestro agradecimiento y amor.

¡¡¡Os deseo unas Santas Fiestas de Navidad llenas de esperanza y alegría para transmitirlas con el testimonio personal a la memoria y al corazón de nuestros nietos e hijos!!!

Victoria Cardona

www.vidadefamilia.org

http://criatures.cat/seccio/blogs/la-convivencia-un-trencaclosques/

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