La defensa intenta en el cas Morín intimidar i desprestigiar al testimoni protegit. Nota de Pemsa

E-Cristians considera que la defensa intenta presionar al testigo protegido a base de dar a conocer su nombre, lo cual concurre en una ilegalidad manifiesta en el proceso

La asociación cree que el Colegio de Abogados debería intervenir y abrir un expediente sobre la actuación de este abogado

Barcelona, 27 de septiembre de 2012.- E-Cristians ha lamentado que ayer miércoles, en la sesión del juicio al doctor Morín y doce colaboradores por presuntos abortos ilegales, el abogado de la defensa haya nombrado de forma reiterativa el nombre propio del testigo protegido, lo cual está absolutamente prohibido precisamente por su condición de protegido.

E-Cristians valora el gesto del letrado como un intento de presionar y atemorizar al testigo, que la propia asociación aportó al juicio y en el que está personada como acusación particular.

Cabe destacar que es precisamente gracias a ese testigo protegido fundamental que el caso fue admitido a trámite tras la querella que e-Cristians presentó contra el doctor Carlos Morín y sus clínicas abortivas por irregularidades y la realización de supuestos abortos ilegales.

El episodio sucedió cuando la defensa interrogaba al doctor Pascual Javier R.M. –que se negó a contestar las preguntas de la Fiscalía y de la acusación-, que trabajaba como psiquiatra en las clínicas del doctor Morín. En un momento determinado el abogado defensor citó abiertamente el nombre del testigo protegido a lo que el presidente del jurado reaccionó enérgicamente recordándole que los testigos protegidos –hay dos en el juicio- “no tienen nombre en el plenario”, aunque por disposición legal a las partes (solo a las partes) puedan éstas conocer su identidad. El magistrado concluyó que quedaba pues “prohibida” su referencia directa.

Al mismo tiempo, el juez hizo referencia al secreto profesional que debía sostener el acusado, a lo que Pascual Javier R.M. respondió que “el secreto profesional se levanta ante un juez”, pero este no se lo permitió. Eso sucedió cuando el doctor intentaba descalificar al testigo protegido arguyendo que no se encontraba en un idóneo estado psicológico. Posteriormente el letrado de la defensa puso en duda la credibilidad del testigo protegido precisamente por posible desequilibrio. En ese momento el magistrado le respondió que, en todo caso, la defensa debería haber solicitado un informe pericial independiente al respecto.

E-Cristians considera que la defensa intenta presionar a la testigo protegida a base de dar a conocer su nombre, lo cual concurre en una ilegalidad manifiesta en el proceso. De hecho, el propio juez llamó al orden al letrado con dureza por utilizar esta práctica.

La defensa de un acusado no puede significar ningún riesgo para los testigos. Si un testigo es protegido es porque existe ese riesgo, sino no estaría declarado como protegido. Por lo tanto, el abogado de un acusado no puede en ningún caso poner en riesgo a un testimonio. Si esa defensa utiliza públicamente el nombre en una causa pública lo está poniendo en riesgo de lo que se destila que lo hace para atemorizar al testimonio.

Cabe insistir en que el hecho particularmente grave de que el hecho de que se declarara un testigo protegido indica que existe un riesgo real, y la defensa podría estar utilizando esta situación para evitar que la declaración del testigo protegido comprometa a su defendido.

La asociación considera que es inconcebible que desde el punto de vista de la deontología profesional se realicen este tipo de prácticas y, por ello, cree que el Colegio de Abogados debería intervenir y abrir un expediente sobre la actuación de este abogado.

e-Cristians

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