L’acusació popular d’e-Cristians considera “rocambolesca i increïble” l’explicació sobre les trituradores a les clíniques de Morín. Nota de Premsa

Morín afirma que las trituradoras servían para deshacerse de pollos que se utilizaban para practicar con un aparato médico

“Parece evidente que unas trituradores que están en una clínica de humanos donde se manipulan restos humanos no están puestas para triturar animales”, considera la acusación de e-Cristians

Barcelona, 18 de septiembre de 2012.- La segunda sesión del juicio a Carlos Morín y doce colaboradores por 115 presuntos abortos ilegales ha servido para que se abrieran los turnos de preguntas a los acusados. La jornada guardaba especial relevancia porque el doctor Morín y su esposa, María Luisa Duran abrían esta ronda de interrogatorios. Ambos acusados se han acogido a su derecho a no declarar para contestar así solamente a las cuestiones que les plantearon sus respectivas defensas.

En este sentido, el abogado de la acusación de e-Cristians, Carlos Barbosa, considera que “para enervar un indicio de los hechos la defensa ha propuesto una hipótesis absurda que consigue exactamente lo opuesto”. Barbosa hace referencia a la explicación que han esgrimido tanto el doctor Morín como su esposa para explicar la presencia de trituradoras en las clínicas, que, según la acusación, servirían para deshacerse a través del desagüe de los fetos de más de 14 semanas abortados ilegalmente.

El doctor Morín ha explicado que las trituradoras las adquirió tras aprender en Estados Unidos una técnica a través de la cual se practicaba con pollos para mejorar en el uso de unas ópticas que necesitaban de especial destreza al requerirse las dos manos para su uso. Al parecer, siempre según el testimonio de Morín, tras realizarse esas pruebas las trituradoras servían para deshacerse de esos pollos.

Del mismo modo, la esposa de Morín, al ser interrogada sobre estas trituradoras, ha respondido que en el caso de la clínica TCB de la que ella era responsable como directora de enfermería ya contaba con una trituradora cuando se alquiló el local en el que se ubicaba, una trituradora “como yo he tenido en mi cocina, de ese estilo”, pero que supuestamente se sacó al hacer las reformas del local. Eso explicaría el hueco que encontró la Guardia Civil en el registro a la clínica bajo una pica que se situaba discretamente en el interior de un armario.

María Luisa Duran, a pregunta de su abogado defensor, ha respondido que la compra de unas trituradoras en Guipuzcoa por ella misma responde a un convenio de colaboración entre el doctor Morín y la Facultad de Veterinaria de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) según el cual se requerían unas trituradoras para al acabar las prácticas de los cursos deshacerse de pollos y cerdos que supuestamente se utilizaban en las mismas. Esas prácticas al parecer se llevaban a cabo en la propia UAB o en la clínica Ginemedex propiedad del doctor Morín.

La acusación popular de e-Cristians considera que precisamente la explicación que han dado los acusados revela la potencialidad y la capacidad de esas máquinas para triturar restos humanos. “La explicación que han ofrecido es una historia rocambolesca e increíble”, considera Carlos Barbosa que añade: “Parece evidente que unas trituradores que están en una clínica de humanos donde se manipulan restos humanos no están puestas para triturar animales como pollos o cerdos”.

Además, el letrado pone el acento en el hecho de que la defensa saque ahora un dato que no había sido revelado en toda la instrucción (como es el convenio con una facultad de veterinaria) para construir un relato “del todo increíble”.

“El aborto es un incidente, no la vida de una mujer”

Cuando Morín fue interrogado a cerca de la forma en la que sus clínicas gestionaban las historias clínicas y su documentación, este ha afirmado que, en todo caso, “el aborto es un incidente, no la vida de una mujer”. Asimismo ha referido en su defensa que en sus clínicas a las chicas que querían abortar supuestamente se les hacía una pregunta de forma reiterativa, “¿estás segura de lo que vas a hacer?”. También ha explicado que los abortos podían costar un máximo de 2.200 euros o menos dependiendo del avanzado estado de gestación de la mujer.

Por su parte, la mujer de Morín ha explicado la razón por la que los abortos se cobraban en efectivo. Al parecer, según María Luisa Duran, “las señoras que iban a abortar lo preferían así porque sus familias no lo sabían”. Sin embargo, ha afirmado que en todo caso “siempre se les hacía un recibo”.

La llama está encendida

A pesar de que el jurado ha desestimado aceptar como prueba la grabación con cámara oculta de la televisión danesa en la que Morín aceptaba practicarle a la periodista embarazada de siete meses un aborto, la acusación sigue teniendo argumentos sólidos para juzgar a Carlos Morín y sus colaboradores, según considera e-Cristians.

La querella que presentó esta asociación en su día -y que supuso un impulso determinante para que hubiera caso- aportaba otras pruebas fundamentales como es la del testigo protegido, que todavía está por abordar a lo largo del juicio y que será fundamental ya que se trata de una persona que procede del entorno de las clínicas del doctor Morín. Además, quedan las 35 cajas aportadas por la jueza que instruyó el caso donde están las historias clínicas de las mujeres, los testimonios de las mismas y las escuchas telefónicas realizadas por la Guardia Civil al doctor Morín y su equipo profesional.

e-Cristians

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