Carta Semanal de Josep Miró i Ardèvol: Hay que rehacer la unidad dañada

Apreciados amigos/Apreciadas amigas:

La diócesis de Barcelona ha sido reorganizada por el Cardenal Juan José Omella. Es una transformación profunda que hacen patentes nuevos criterios y la voluntad de conseguir una mayor eficacia. Puedes encontrar la información de la nueva organización y de las personas que son responsables en la web de e-Cristians (https://e-cristians.cat/el-cardenal-omella-nombra-los-nuevos-vicarios-episcopales-y-delegados-diocesanos-de-la-iglesia-en-barcelona/). Estamos convencidos de que los cambios representarán un nuevo impulso, y como es lógico nos ponemos a disposición de los diversos responsables.

Charles Péguy, como un nuevo profeta, ya escribía a inicios del S. XX sobre una sociedad incristiana. Utilizaba esta palabra para decir que no se trataba de un mundo donde el cristianismo fuera defectuoso, donde abundara el pecado de los cristianos, sino de un contexto social nuevo donde el pecado cristiano ya no existía porque el cristianismo había desaparecido. Su texto describe bastante bien la realidad actual. Deberíamos reflexionar más sobre esta realidad y sus características, sobre cuáles son sus rasgos dominantes y la relación que tienen entre ellos. Pensar sobre todo; si es por cuenta propia nunca perjudica. En esta reflexión necesaria debemos cuestionarnos el papel que hemos desempeñado y vamos ejerciendo los cristianos. Junto a esfuerzos extraordinarios para cumplir con lo que Jesucristo pide de nosotros, se producen también múltiples renuncias que resultan particularmente graves porque sus sujetos, personales o colectivos, ni siquiera son conscientes de que hayan renunciado a nada.

Hay un proceso de incristianització de organizaciones cristianas, católicas, que arrinconan su pertenencia religiosa porque consideran que así llevarán a cabo mejor el fin benéfico que se han propuesto. Sufren una gran confusión entre fines y medios. También se dan los grupos autorreferenciados, tan cerrados en el convencimiento de su propia perfección, que no les queda espacio para participar en nada que vaya más allá de ellos mismos. La ideología con todas sus diversas manifestaciones cuando se antepone a la unidad católica, es generadora de ambientes tóxicos. Es lógico que la sociedad evolucione como lo hace si nosotros mantenemos estas diferencias absurdas, aunque se nos ha dicho que seremos reconocidos por el amor que nos profesamos.

Por eso es tan importante situar en primer término de nuestro debate, la necesidad de la unidad, que no significa abandonar lo que se hace y dejar de ser lo que se es, sino que quiere decir aquello tan cristiano de dar, y en este caso sólo un poco. Dar para construir una fraternidad en la acción basada en objetivos concretos. Pocos, bien consensuados, y compartidos, sobre todo compartidos.

Y esta cuestión es el tema central de nuestra Asamblea, por eso el proyecto para el nuevo curso se llama «Unidad 2019», y por eso también vendrá precedida de una reflexión sobre «Eclipse y resplandor del cristianismo en Cataluña», con la participación de la Sra. Núria Gispert i Feliu, exdirectora de Càritas Diocesana Barcelona y expresidenta de Cáritas Española, y el Dr. Joan Costa i Feliu, rector de la parroquia M. de D. de Betlem y profesor de la Facultad de Teología de Catalunya.

Apelo a que no seas indiferente, que pongas por delante participar en este diálogo conjunto y vengas este sábado 16 de junio, a las 9:30h. en la Basílica de la Purísima Concepción (en la que por aquellos a quienes les interese habrá Misa a las 9h.). Puedes confirmar tu asistencia AQUÍ.

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