Criterios para ayudar al discernimiento del voto en las elecciones municipales

Como en las otras contiendas electorales, e-Cristians hace públicos algunos criterios para contribuir a la reflexión personal en el ejercicio del voto, consecuentes con la doctrina social de la Iglesia, que es el fundamental de nuestra acción.

1. Las elecciones municipales responden fundamentalmente a criterios locales, a las personas más que a las etiquetas de partido. Valorar las virtudes cívicas de los candidatos es criterio básico.

2. Es prioritario considerar qué lista electoral acoge mejor en su proyecto y también en su talante los contenidos de la doctrina social de la Iglesia, y lo hace además de forma equilibrada.

3. Queremos señalar como cuestiones básicas en las condiciones concretas en las que vivimos:

a. La lucha contra la pobreza, y para la promoción del trabajo digno.

b. Todo lo que puede hacerse para atenuar que las desigualdades sociales cristalicen en una división social de espacio que a su vez multiplica la desigualdad. Una especial atención a la pobreza infantil que es mucho más que la alimentación, y el derecho de toda persona a disponer de un hogar.

c. Actuar contra toda forma de discriminación, y no solo de aquellas que salen sobre todo en los medios de comunicación: mujeres embarazadas, viudas, personas mayores de 50 años, inmigrantes, personas de etnia gitana, pobres, entre otras formas de discriminación.

d. También una especial atención a los dependientes según el principio que todo dependiente debe ser atendido de acuerdo con sus necesidades.

e. Aplicar el principio de subsidiariedad a favor de las entidades y de manera especial de las familias, evitando que las subvenciones y otras formas de colaboración sean instrumentos de dominio partidista.

f. Ser una municipalidad favorable a la familia, y en especial a las familias con hijos, promover el derecho de los padres a la educación moral y religiosa de los hijos. Ayudar a través de los servicios sociales y otras medidas a la estabilidad del matrimonio.

g. Defensa de la vida y de su dignidad desde su inicio hasta el final.

h. Crear condiciones para que la experiencia religiosa y la presencia del hecho religioso estén presentes.

i. Evitar que la política y los recursos municipales estén al servicio de ideologías partidistas, como entre otras la ideología de género.

j. En general, fomentar una política local basada en la solidaridad, la reciprocidad, la amistad civil, la participación y el bien común, que no es un abstracto universal, sino la construcción de condiciones concretas que hacen posible que las personas desarrollen sus proyecto de vida buena, y beneficien a la comunidad.

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