Mons. Jean Abdo Arbach, Arzobispo de Homs (Siria), dará un testimonio de la situación de su diócesis y de su país el 2 de Octubre a las 19:30h. en la parroquia de S. Felix de Sabadell (C. de la Rosa 15; al lado mismo de la parada de Sabadell Plaça Major de los FGC), en un acto organizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. Seguirá a las 20:30h. una misa por los cristianos perseguidos presidida por el arzobispo.
Homs es una de las mayores ciudades de Siria y ha sido muy castigada por la guerra, sobre todo en los primeros años cuando fue conquistada por los islamistas del DAESH que ocuparon y profanaron la Catedral de N.S. de la Paz. La Catedral se está volviendo a reconstruir con la contribución de Ayuda a la Iglesia Necesitada. Antes de la guerra, Homs era el hogar de una de las comunidades cristianas más grandes del país. Sin embargo, en el año 2012 más de 50 mil cristianos huyeron de la urbe debido a la “limpieza étnica” que realizaban los terroristas. El 9 de mayo de 2014, el ejército sirio liberó la ciudad, pero dos días después – como relata Mons. Arbach – “hubo una enorme explosión en la catedral que causó daños diez veces más graves. El techo, la cúpula y dos paredes enteras se derrumbaron. Los rebeldes habían escondido explosivos debajo de la cátedra (trono) donde se sienta el obispo”.
En Siria perdura la guerra, inútil como pocas: sunitas contra chiitas, EEUU y Rusia, palestinos e Israel, turcos y kurdos, Irán y Arabia Saudí. Quien sufre las consecuencias de tantos intereses cruzados es el pueblo y en especial los cristianos. La guerra no ha acabado, aunque ahora está circunscrita en la región de Idlib, donde perdura una saca de extremismo islamista. Pero el país está dividido por zonas de influencia de los contendientes. Y la obra de reconstrucción es gigantesca, no sólo material y económica, sino espiritual y social: se ha roto la confianza, 500.000 muertos, 5 millones de expatriados y millones de corazones heridos. Mientras Occidente (o sea, nosotros) mantiene el embargo contra el país en razón del interés estratégico de EEUU de favorecer a su aliado Arabia Saudí (un país con mucha menos libertad de Siria, que ha promovido el terrorismo islamista y descuartiza ciudadanos que acuden a sus consulados): lo único que logra el embargo es hacer sufrir más la población.
Mons. Arbach denuncia la falta de libertad religiosa en Oriente Medio y la especial amenaza a los cristianos: “no hay cifras claras de cristianos asesinados por su fe en Siria, pero solo en Homs hemos registrado 420 mártires cristianos”.
