La participación en la cabalgata de Reyes del distrito de Vallecas de Madrid de una carroza que en su planteamiento inicial -porque la han ido modificando a medida que crecía el conflicto- pretendía presentar tres reinas, se ha convertido en un tema polémico. Esta era la iniciativa adoptada por Orgullo Vallekano, una organización del activismo LGBTI, para promover la diversidad sexual en el marco de la cabalgata de Reyes, es decir en una celebración dedicada a los niños y centrada en una celebración que es a la vez tradicional y religiosa. Después, este planteamiento inicial ha sufrido modificaciones para hacerlo menos polémico. Pero el principio de la propaganda LGBTI se mantiene inalterable.
Una vez más se lleva a cabo una acción que instrumentaliza a los niños y condiciona a las familias, utilizando actividades que tienen un marco de referencia bien establecido, como la celebración de la festividad de los Reyes Magos inseparable de la narración de los Evangelios, para introducir la promoción de la ideología de género y LGBTI.
Este sin embargo, no es el único hecho que lamentar. Lo es todavía más la arrolladora presión para condicionar a familias y niños sobre qué tipo de juguete deben pedir a los Reyes, postulando la obligación de que sean unisex y buscando la supresión de la libre elección por parte del niño y de los padres.
Es inaceptable que este tipo de actuaciones puedan llevarse a cabo y menos aún que tengan el apoyo de las administraciones públicas y de las empresas. En ellas hay todo un procedimiento de ingeniería social que pretende liquidar la evidencia biológica de que hay niños y niñas, hombres y mujeres, y que esta es la característica fundamental de la condición humana, y también existe una tradición de muy larga vigencia que enmarca las celebraciones que tienen además una naturaleza religiosa para los creyentes.
Hay que rechazar este tipo de actuaciones que pretenden formatear las mentes y que son tan o más graves en la medida que se dirigen a los niños y que pretenden limitar el derecho de los padres a la educación de sus hijos.
También queremos constatar que son planteamientos totalmente antagónicos con la antropología cristiana. Nada tiene que ver el respeto y la dignidad de toda persona sea como sea ésta, con la difusión de una ideología específica como es la de género y LGBTI.