Constitución europea: 750.000 firmas a favor del reconocimiento del cristianismo

La iniciativa popular no concibe una Europa que salta de la tradición grecorromana a la Ilustración y niega deliberadamente sus raíces cristianas El redactado definitivo de la futura Constitución de la Unión Europea (UE) debe contemplar una referencia explícita al cristianismo. La recogida de firmas a favor de esta propuesta, que comenzó durante la presidencia italiana en el segundo semestre de 2003, ha conseguido rebasar la cifra de tres cuartos de millón. Es la voluntad de 750.000 europeos (suma y sigue) que instan a los estados miembros a respetar el espíritu con que los padres fundadores de la Unión defendieron las raíces cristianas del viejo continente. Los impulsores de la iniciativa popular no entienden por qué el preámbulo del redactado constitucional contempla una referencia a la tradición grecorromana y a los «filósofos de la luz» y se salta deliberadamente el período intermedio en el que el cristianismo sentó las bases que han permitido la consolidación de lo que ahora conocemos con el nombre de Europa.

Entre los principales países que negocian la redacción final del texto constitucional en la Conferencia Intergubernamental, Italia, Holanda, Polonia y Portugal se han mostrado favorables a que se haga una mención explícita al cristianismo, mientras que Francia es el país más reticente a este reconocimiento, al que también se oponen Finlandia, Suecia y Turquía. El anterior Gobierno español, presidido por José María Aznar, era un defensor de la mención al hecho cristiano en la Constitución europea, pero la dirección del Partido Socialista (PSOE) y el actual ejecutivo no la encuentran tan oportuna.

Concepció Ferrer, eurodiputada de Unió Democrática de Catalunya (UDC), corrobora precisamente el origen fundacional de la UE al señalar que la referencia al cristianismo en la futura Constitución no implica abandonar la laicidad de los Estados miembros, ni tampoco la clara división entre Iglesia y Estado, sino que «se trata simplemente del reconocimiento de lo que es Europa, que coincide con la visión que tuvieron los padres fundadores de la Unión, quienes trataron de profundizar en las convicciones cristianas para impulsar la reconciliación de los pueblos europeos». Según la eurodiputada catalana, «ahora más que nunca, es necesario reavivar esos valores cristianos que llevaron a la construcción europea». En opinión de Ferrer, la recogida de firmas «no es una presión, sino una cuestión en la que muchos ciudadanos están comprometidos, ya que el cristianismo es un hecho histórico».

Además de Concepció Ferrer, la recogida de firmas ha surgido de un grupo de eurodiputados entre los que se encuentran la irlandesa Dana Scallon, el italiano Mario Mauro y la francesa Elisabeth Montfort. Precisamente Montfort, miembro del Partido Popular Europeo, en referencia a la importancia que tiene esta iniciativa popular, manifestaba a la agencia EUROPA PRESS que «la democracia no puede ignorar la amplitud de este movimiento ni su importancia simbólica para la historia y el desarrollo de la Unión Europea». Añadía la eurodiputada francesa que la Constitución europea se aprobará, supuestamente en junio próximo, «con el fin de afirmar la identidad de esta Unión con su pasado y con su presente, para garantizar su futuro… y acercarse a la sociedad civil europea». Por eso Montfort considera que los socios comunitarios no deben ignorar las firmas presentadas. Las firmas proceden de los 15 países de la UE y de los 10 que se integrarán en ella el 1 de mayo de 2004. Cuentan, además, con el respaldo de varias organizaciones no gubernamentales y entidades, entre las que se encuentran E-Cristians y la Convención de Cristianos por Europa (www.eurocristians.org). Todo este movimiento representa, según los promotores, a unos 55 millones de personas.

El Camino… a la Europa cristiana

Desde muy distintos ámbitos, también se está defendiendo la inclusión en el texto constitucional europeo de una referencia al cristianismo. Por ejemplo, tal como informábamos en nuestro boletín de Cristianos en el Mundo del 19 de abril (ver aquí), más de una treintena de obispos europeos iniciaron, el 17 de abril en el Monasterio de Santo Domingo de Silos (Burgos), un recorrido por el Camino de Santiago con el objetivo de defender las raíces cristianas de Europa. El comienzo de la ruta jacobea de una comitiva de más de 300 personas, compuesta por religiosos y laicos de todas las edades y encabezada por los prelados pertenecientes a la Comisión de Episcopados de la Unión Europea (COMECE), estuvo marcada por la intervención del vicepresidente de la comisión, Adrianus Van Luyn, quien hizo una alusión a las raíces cristianas de Europa y a la ampliación de los países miembros de la UE.

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