Pel seu interès adjuntem la declaració de l’Associació Espanyola de Bioètica i Ètica Mèdica davant l’aprovació pel Congrés dels Diputats de la Llei Orgànica de Regulació de l’Eutanàsia:
AEBI ante la aprobación por el Congreso de los Diputados de la Ley Orgánica de Regulación de la Eutanasia.
En continuidad con los posicionamientos anteriores de AEBI sobre esta cuestión
http://aebioetica.org/archivos/comunicado-eutanasia-LO.pdf;
http://aebioetica.org/archivos/ComunicadoAEBIEutanasia-2020.pdf;
http://aebioetica.org/archivos/Conclusiones_y_comunicado_final.pdf:
- Lamentamos profundamente tanto que nuestros legisladores, a falta de aprobación
por el Senado hayan decidido despenalizar la eutanasia y el suicidio asistido en nuestro
país como que se haya introducido en nuestro ordenamiento legal un derecho a recibir
ayuda a morir, todo ello bajo determinadas circunstancias. La protección legal de la
vida humana tiene que ser incondicional y abarcar el entero ciclo vital. Generar
excepciones supone condicionar su respeto a la valoración de otras personas. - Tal hecho supone una inevitable disposición de la vida ajena, que lejos de conjugar
ficticiamente unas pretendidas excepcionalidades, con el pleno respeto a la integridad
física de las personas, en realidad genera una desprotección de todos, especialmente
de los más vulnerables. Se hace sobre ellos una injusta presión para que elijan esa
opción, facilitándose el contagio social que puede incrementar el recurso a ella.
Insistimos en que matar a un inocente no es un acto médico. En consecuencia, nunca
puede ser un deber médico provocar la muerte o ayudar al suicidio de una persona.
Consideramos, por lo tanto, que las dos prestaciones de ayuda a morir que contempla
la ley y que requieren de médicos no pueden ser exigidos a estos profesionales. - Volvemos a denunciar que la despenalización se realiza sin que se haya querido
desarrollar todos los medios para el ejercicio integro de un derecho humano como es
el de la atención y el cuidado sanitarios. En concreto, el necesario al final de la vida o
cuando se padece una grave enfermedad que genera gran incapacidad o un
sufrimiento insoportable. Renovamos nuestro compromiso con todas las profesiones
sanitarias en las cuales es esencial a ellas el compromiso de promocionar y respetar la
vida humana, no el de decidir o ejecutar la muerte. Animamos a la sociedad civil y a los
partidos políticos contrarios a estas conductas, a comprometerse en la derogación de
esta ley, que supone un retroceso en el respeto de la vida humana en nuestro país.