El arzobispo de Barcelona, el cardenal Juan José Omella, inauguró la II Asamblea Cristiana, que se celebró en la Universitat Abat Oliba CEU. Organizada por e-Cristians, la ACdP y la propia UAO CEU, esta segunda edición se convocaba con el lema ‘Nuevos impulsos, vías nuevas. De la disidencia a la alternativa’.
Se ha de formular a una alternativa a una sociedad que da síntomas de ir por el mal camino, según ha expresado Omella. En su intervención, ha llamó a abandonar la indiferencia ante realidades que evidencian una crisis social. Se ha referido a algunas de ellas: el número creciente de suicidios juveniles, la falta de expectativas para los jóvenes, el aborto, la desmotivación de los docentes y la “confusión” reinante en la educación afectivo-sexual.
Omella habló de la “indefensión” que padecen los docentes, que, en muchas ocasiones, ven cómo no obtienen ayuda “ni de los padres ni de la inspección ni de la consejería”. Respecto a la educación afectivo-sexual, lanzó una voz de alerta sobre el hecho de que “cada vez crece más hacia abajo en edad el consumo de pornografía”.
Frente a estas realidades, el cristiano no debe reaccionar ni con indiferencia ni con lamentos. “El muro de las lamentaciones está en Jerusalén, no en Madrid o Barcelona”, dijo Omella.
En esta línea, apeló a los laicos: “¿dónde están los laicos para decir las barbaridades que se están haciendo? Necesitamos esa valentía. Ese es vuestro papel de laicos”, interpeló Omella.
Esta acción, debe apoyarse, desde su punto de vista, en tres pilares: santidad, unidad y esperanza. La santidad es “un testimonio que cuestiona a todo el mundo”. La esperanza de saber que la victoria “está asegurada”. Y la unión, porque “o nos unimos, o estaremos perdidos”. La unidad implica también comunión con la jerarquía de la Iglesia. El sínodo convocado con el Papa va en esta línea: “no será una especie de parlamento para decidir lo que se hace, sino un lugar de comunión”.
La intervención del cardenal Omella estubo precedida por unas palabras del rector de la UAO CEU, Rafael Rodríguez-Ponga. Tomando la referencia del título de la Asamblea (de la disidencia a la alternativa) afirmó que no hay que instalarse en la queja sino “ofrecer modelos de vida y de virtud”. Una alternativa, en suma, al modelo cultural dominante, conforme al cual “la sociedad ha aceptado un concepto de persona que va en contra de la propia persona, de la verdad, de la vida y de la ciencia”. En esta tarea, “el Evangelio, el magisterio de la Iglesia y las encíclicas nos van marcando el camino”.
La II Asamblea Cristiana se estructuró en cuatro mesas redondas y una ponencia final. En las mesas redondas se trataron los temas siguientes: ‘La provocación de defender y promover la vida humana’; ‘Un nuevo modelo de empresa cristiana’; ‘Educación sexual y afectiva en la escuela’; ‘Nuevos impulsos. Las vías jóvenes’. La ponencia final, impartida por el presidente de E-Cristians, Josep Miró i Ardèvol, se tituló ‘La Nueva Vía. De la disidencia a la alternativa’.