La Iglesia proscrita

Josep Miró i Ardèvol

Sí, la Iglesia puede quedar como proscrita en Europa a causa de las poderosas fuerzas que avanzan en este sentido, de la mano del estadio superior de la cultura de la desvinculación, la perspectiva y las identidades de género, y su expresión política: el homosexualismo político, que persigue la transformación de las instituciones y personas, bajo el criterio de que la satisfacción del deseo, especialmente del deseo sexual, es el hiperbien al cual hay que supeditar todos los demás bienes, valores y virtudes de nuestra cultura y los vínculos que construyen, sean personas, leyes, instituciones, tradiciones, culturas, incluso la historia. Y, claro está, la Iglesia no solo no escapa a esta dinámica, sino que es el principal enemigo a batir, porque es el mayor intelectual orgánico que se le opone en Europa y en el mundo. Leer más.

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