Josep Miró i Ardèvol para La Vanguardia Digital
En plena crisis económica de la Gran Contracción que comenzó en el 2008, Michael Lewitt, presidente de Harch Capital Management, presentaba un duro paralelismo. Lo hacia al comparar el escenario que describe una narración extraordinaria, Las Benévolas, de Jonathan Littell, y la crisis económica. Trata de la Alemania Nazi, las SS y el relato imaginario, frío, atractivo y, en ocasiones, morbosamente descriptivo de un oficial de aquel cuerpo, el Dr. Aue. Un personaje consciente del mal que hace sin que ello le haga sentir ningún remordimiento. Por el contrario mantiene fuera del ámbito de sus responsabilidades como oficial una plena libertad de pensamiento. Lewitt sostiene la tesis de que las diferencias entre nuestro mundo y el de los nazis son de grado, no de naturaleza, porque la sociedad sigue llena de personas bien intencionadas que solo cumplen órdenes pero queriendo ignorar las consecuencias de sus actos. Es la disolución de la responsabilidad ante la perspectiva del bien y del mal. Hay mucho de verdad en esta reflexión, y en todo caso, lo que sí es evidente es que algo muy decisivo se ha roto en nuestra sociedad, aunque resulta imposible repararlo si no sabemos de qué se trata. Y ese algo, como en el caso del Dr. Aue, es la desvinculación, la mentalidad surgida de esta cultura, que establece rupturas, disociaciones, y dislocaciones en nuestras vidas. Leer más.