Apreciado amigo / Apreciada amiga:
Los católicos padecemos de una fragilidad extraordinaria que necesita ser reparada.
En primer lugar vivimos en la fragmentación interna, en la que es muy difícil que las diversas entidades, grupos, organizaciones salgan de su espacio de confort y se pongan a trabajar conjuntamente con los hermanos. Esto nos hace débiles y explica por qué a pesar de ser los católicos practicantes del orden del 15% de la población de Cataluña y del 20% en España, y manifestar una identidad católica – débil, eso sí- más de la mitad, nuestra presencia en el seno de la sociedad es escasa.
Lo es porque hoy en día ser cristiano es ser contracultural, estar al margen de los valores, llamémoslos así, hegemónicos de nuestra sociedad. Y esto se hace patente con nuestra nula proyección en el debate cultural en la plaza pública. Además todavía hay sectores del catolicismo que se consideran establishment cuando están, si son fieles de la fe, en las antípodas de los poderes establecidos de todo tipo. Pero antes de esta carencia cultural, hay otro factor debilitador, que es la escasa vocación por la misión, para llevar a cabo la acción evangelizadora a la que estamos llamados. Hay, eso sí, importantes brasas que brillan, nuevas iniciativas: los Scouts y Guías de Europa, Effetá, Emaús, Hakuna, los cursos Alfa, y otras acciones movidas por gente sobre todo joven. También hay parroquias llenas de actividad y de personas, pero todavía son sólo eso, brasas. No es un fuego declarado que se manifiesta en el seno de la sociedad.
La última de estas debilidades es la política. Nunca como ahora las leyes que se hacen están tan alejadas en su mayoría de la concepción cristiana, de la doctrina social. Y no sólo eso, sino que casi no tenemos interlocutores reales en los partidos políticos, y este hecho significa que el trabajo de mediación para llevar la concepción cristiana a la vida pública es muy difícil si no imposible.
Sobre estas y otras cuestiones reflexionaremos y buscaremos encontrar respuestas con la ayuda de la Gracia, en el marco de la Asamblea Extraordinaria Abierta que celebraremos pasado verano. Antes de terminar el mes de abril, os daremos a conocer las primeras iniciativas para que participéis, porque es necesario que todos contribuyamos a dar respuesta a la debilidad que nos allana.
Este segundo miércoles, como estamos haciendo desde diciembre, habremos celebrado la eucaristía en la Basílica de la Virgen de la Mercè para pedir ayuda para superar los estragos de la pandemia. Recuerda que lo hacemos cada segundo miércoles de mes a las 19h. Anótalo en tu agenda.
También iniciaremos una serie de conferencias en la Basílica de la Mercè en una colaboración conjunta con e-Cristians. La primera será el próximo día 21 de abril a las 19: 30h. y la haré yo mismo como coordinador de la Asamblea de Asociaciones por la Vida, la Libertad y la Dignidad que reúne a 170 organizaciones de toda España con el título «¿Eutanasia?: La cultura de la vida y la cultura de la muerte». Se sucederán a ritmo mensual.
¡¡¡Feliz Pascua!!!