La Asociación Católica de Propagandistas (ACdP) está llevando a cabo una campaña con carteles en las marquesinas de las paradas de autobuses de diversas ciudades en las que se puede leer “Rezar frente a una clínica abortista está genial”, y bajo este eslogan hay una frase que apunta “Este mensaje podría ser cancelado por la inminente reforma de la Ley del Aborto”.
Es una campaña que va dirigida a alertar sobre la importante limitación de los derechos constitucionales que puede significar una nueva ley que está cocinando el gobierno y que castigaría con penas de prisión la presencia de personas en torno a clínicas abortistas que estuvieran rezando o repartiendo folletos.
Cinco ayuntamientos en concreto han prohibido esta campaña. Se trata de Valencia, Gijón, Granada, Murcia y Valladolid.
Esta censura es un ejemplo de la cultura de la cancelación, lo que en EEUU llaman cultura woke. Consiste en huir del debate y hacer callar al interlocutor, multándole o amenazándole con multas.
Ante estos hechos, e-Cristians quiere formular su apoyo a la iniciativa de la ACdP, al tiempo que anuncia el riesgo creciente de la limitación de las libertades que se va produciendo en nuestro país, como demuestran las actuaciones en los cinco ayuntamientos indicados, y que ya tuvieron precedentes en anteriores hechos en Barcelona bajo el mandato de la alcaldesa Ada Colau.
Estamos ante el riesgo de que el Estado de derecho fijado por la Constitución se vaya transformando en un “Estado de leyes” en el que los derechos tienen una aplicación distinta en función de las ideas que sostienen a las personas. Si estas son favorables a la ideología del poder, los derechos pueden transformarse incluso en privilegios, pero si son contrarias, como en el caso de la campaña de la ACdP, simplemente están prohibidos, cancelados, represaliados.
Llamamos a todas las personas, sea cual sea su forma de pensar, a considerar el peligro que representa para la libertad esta deriva, que hoy puede ir contra unos, pero mañana afectará a otros y más adelante a unos terceros, hasta que solo primen aquellas ideas que son estrictamente las postuladas por el poder.