Entramos en la parada obligatoria del verano que no significa reducir a cero nuestra actividad porque los problemas y retos siguen vivos. La aprobación de la ley sobre la homosexualidad y la transexualidad, al margen de las pugnas entre feministas, transexuales y homosexuales, continúa incidiendo en una transformación social muy peligrosa, de hecho, hemos entrado ya en el imaginario que George Orwell narró en «1984 «en el cual las palabras pierden su sentido y se introducen términos nuevos para forjar otra realidad.
La guerra cultural a la que nos someten y de la que la iglesia no parece demasiado consciente, al menos no por su forma de proceder y orientar a los fieles, tiene como objetivo transformar la sociedad y sus instituciones de manera radical.
En el caso concreto de la nueva ley, lo que hace es liquidar los conceptos de padre y madre porque son discriminatorios para los transexuales y homosexuales. Ahora el padre se llamará «progenitor no gestante» y la madre «progenitora gestante». Es un paso más en esta modificación del lenguaje que busca alterar la verdad, es decir, la realidad. Este tipo de elucubraciones llegan al ridículo en determinados casos como la nueva palabra que designa a las viudas: «cónyuge supérstite gestante».
Por si fuera poco, también continúa la demolición de la patria potestad que ya tuvo una clara expresión con la ley de enseñanza y que ahora continúa, estableciendo, en su artículo 163, que siempre que en algún asunto el progenitor tenga un interés opuesto al de sus hijos no emancipados, se nombrará un defensor que lo represente en el juicio y fuera de él. Es decir, un menor de edad podrá acudir al juez ante una decisión paterna de la que discrepe y tendrá un defensor específico en este ámbito y también en el funcionamiento de otros órdenes de su vida. El padre y la madre quedan reducidos a objetos decorativos sin autoridad ante el menor, y eso sí, con la obligación de cuidar de él hasta que este consiga emanciparse. Lo que puede sorprender de todo ello es la escasa conciencia y respuesta incluso en los mismos cristianos. Parece que en una proporción demasiado grande no sean conscientes de que se está produciendo una avalancha cultural, legal y penal absolutamente contraria a todo lo que el cristianismo afirma. Si no se consigue alterar esta dinámica, el resultado a medio plazo es del todo evidente: es la cancelación y la estigmatización de todo lo que pueda representar no ya la iglesia, sino también toda la concepción cristiana, y más allá de ella la ley natural.
Es un momento histórico de una particular trascendencia y en estos términos hay que vivirlo. En este ámbito merece la pena reseñar una importante iniciativa, la del digital ForumLibertas, tan cercano a e-Cristians, que ha convocado entre sus lectores y seguidores una I Asamblea virtual el día 13 de julio a las 19h. (hora española) para tratar sobre cómo contribuir a la construcción de la necesaria alternativa cultural cristiana a todo lo que está sucediendo. En esta asamblea, en realidad una sesión de trabajo, participan personas del ámbito de la lengua castellana y por lo tanto hay una nutrida presencia entre los inscritos procedentes de América Latina.
También en la asamblea extraordinaria de e-Cristians que celebraremos pasado el verano, uno de los tres foros que se prepara guarda relación con la misma temática, la necesidad de una alternativa cultural, es decir, del relato que haga posible difundir unas ideas fuerza, un marco de referencia de conceptos que se contraponga a la cultura hegemónica actual.
