Deseamos unirnos al conjunto universal de voces y al movimiento que pide la paz en Gaza ahora.
La reciente Semana Santa muestra el camino a seguir en el ejemplo de Jesús en el que la cruz tiene como respuesta el perdón.
Basta de tanta destrucción y muerte de inocentes. La causa primera, el terrorismo brutal de HamĆ”s sobre vĆctimas inocentes, exigĆa medidas de previsión frente al futuro, pero estas no pueden ser las que Israel estĆ” ejecutando en Gaza.
Hay que evitar que toda una población pague las consecuencias de un acto atroz de terrorismo, al tiempo que recordar, de acuerdo con la doctrina de la Iglesia, que toda acción emprendida en legĆtima defensa debe guiarse por los principios de distinción y proporcionalidad, y respetar el derecho internacional humanitario.
En su reciente audiencia, el Papa Francisco dijo, seƱalando a dos personas que se encontraban en primera fila: Ā«hay dos personas, dos padres. Son los primeros: uno israelĆ y otro Ć”rabe. Ambos han perdido a sus hijas en esta guerra y ambos son amigos;Ā no miran la enemistad de la guerra, sino que miran la amistad de dos hombres que se amanĀ y que han pasado por la misma crucifixiónĀ». Este es el camino, como lo fue en Europa para superar el sangriento perĆodo de 1914-1945, una segunda guerra de 30 aƱos.
El papa Francisco pidió el cese de las operaciones militares en Gaza, la liberación de las personas secuestradas y que se afronte la cuestión palestina. Lo afirmó ya en su mensaje de Navidad antes de la bendición ‘Urbi et Orbi’. Pidió que la paz Ā«llegue a Israel y Palestina, donde la guerra sacude la vida de estas poblacionesĀ«. AƱadió: Ā«Abrazo a ambas, en particular a las comunidades cristianas de Gaza, la parroquia de Gaza, y de toda Tierra SantaĀ». Esta paz exige Ā«la liberación de quienes todavĆa estĆ”n retenidosĀ«, un alto el fuego inmediato extendido en todos los frentes y la entrada de ayuda humanitaria sin restricciones.
Somos amigos del pueblo judĆo y queremos lo mejor para el estado de Israel, y por eso decimos: DetĆ©n tu fuerza porque con ella te estĆ”s destruyendo delante del mundo.