Josep Miró i Ardèvol
La invasión de Ucrania, que podía haberse evitado hace años, la respuesta unánime del liberalismo de la globalización, unido una vez más en su alianza objetiva con el progresismo de género, construye una respuesta que nos va conduciendo a la catástrofe en Europa. Es una respuesta dogmática y cada vez más totalitaria, y que no permite el más mínimo resquicio a la reflexión sobre los hechos y sus consecuencias. Es una manifestación más de como la ideología dominante, la cultura de la desvinculación, basada en consagrar la satisfacción del deseo, especialmente en el plano sexual, pero también en el del dinero y el poder, en el único hiperbien de nuestras sociedades, ante lo que todo lo demás, estado de derecho, tradición, cultura, historia, realidad, vínculos personales, hecho y práctica religiosa, deben ceder, adaptarse o ser cancelados. Ahora a las crisis que ya sufríamos se le añade la nueva guerra, que Biden pretende transformar en un nuevo Afganistán ruso, y cuyo horizonte para Europa, si no conseguimos cambiarlo es en el mejor de los caso la estanflación y, en el peor, un conflicto nuclear. Esto es lo que hay. Leer más.